Epigrafe

Blog creado para compartir experiencias de viajes, comentarios y otras situaciones vividas por el deseo de viajar

lunes, 29 de septiembre de 2014

Sierras Bayas

27 de septiembre de 2014.-

Puedo asegurar que al sentirme viajando cualquier cosa me resulta bella y la belleza -como siempre- me conmueve; quizá pueda ser grato imaginar que viajar es un privilegio y que parte de ese privilegio es, desde luego, compartir un cafecito con el amigo de ruta, en un buen servicentro. La excusa es "el café", pero tambien es bueno reconocer que nuestros huesos mucho lo agradecen en cada una de estas paradas..."Yo nunca voy a decir ya no puedo mentirle al destino, sé que no quiero sufrir, por mas que la amemos, (y el asiento cansa), y tengo todo un despues vacío"...podría ser la prosa adecuada para ese "alto" en el camino, si es que puedo parafrasear las musas de "La vela puerca".
Bueno, realizar este viaje se hacía necesario ya que justificaba una "vueltita" y el deseo de conocer algo de las caleras de Sierras Bayas (Olavarria) y esto dió pie a esta escapada y puedo afirmar que la singularidad de estas excavaciones me impactó.
Ni bien cruzamos la línea de acceso a la localidad, la "vista" nos desplegó el paisaje de los cerros y sus piedras desnudas, que rodeaban hasta lo que nuestra mirada alcanzaba.

Hicimos una primera caminata por una pequeña senda de ascenso y ahí comenzamos a captar en fotos esas imágenes. Era media mañana y una bandada de pájaros cruzó el cielo límpido y azul. Pronto bajamos del pequeño cerro al que habíamos ascendido y nos adentramos en la localidad para poder acceder a las excavaciones de las caleras .



Un recorrido por algunos de estos lugares espectaculares resalta en una larga lista de lugares que dejen huella en nuestra retina. Estos espacios simplemente invitan a sentarse a pensar en la fuerza y la magnificencia de la creación de este planeta. El resultado final ha sido -francamente- espectacular.

Logicamente, el hombre ha transformado y sigue modificando estos paisajes. La industria de la minería da vida a la ciudad y transforma los logros de la creación. Los "ojos de agua" se tornan impactantes en la inmensidad de la excavación; y es -precisamente- lo que ha transformado ese paisaje de sierras y piedras desnudas.
 

La -ahora- desnudez de los cerros -que a fuerza de dinamitas han entregado al hombre sus tesoros escondidos - parecen querer seguir cautivando a los circunstanciales visitantes. Una cantera aquí, otra mas allá y un camino largo que baja, diría el trovador norteño, que, si bien se inspiró con otros cerros y montañas, seguramente estos lo hubieran impresionado igual.
En el costado del hueco en donde la piedra es triturada, el sonido de la acción de las "muelas" quebrantadoras es impactante, aunque lo parece ser mayor dada la inmensidad de todo su entorno.

Hacia media tarde, el paseo llegaba al final, y el regreso se imponía, aunque el itinerario podría haberse ampliado por otras de las muchas caleras a "cielo abierto" que abarcan todo el paisaje circundante de esta pequeña localidad bonaerense. La ruta 226 pronto se volvió a mostrarse amplia y acogedora; su trazado -por demás memorizado- comenzó a desandarse bajo el lento rodar de nuestras cubiertas. Nuevamente el asfalto corría bajo nuestros pies.
La falta de prisa y las pocas ganas de volver nos indujo a -prontamente- hacer un alto para charlar un poco mas y dilatar la hora de llegada a Bolivar.


"Como todas las drogas, viajar requiere un aumento constante de las dosis". 
John Dos Passos


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