Epigrafe

Blog creado para compartir experiencias de viajes, comentarios y otras situaciones vividas por el deseo de viajar

miércoles, 29 de enero de 2014

Sierra de la Ventana

14 y 15 de enero 2014.-

A pesar del calor reinante, tenía intenciones de darme una vuelta por Sierra de la Ventana en estos días. La idea era ir por un lado, recorrer la ruta que atraviesa la sierra y volver por el otro lado; haciendo un poco menos de 800 km. Eramos 2 motos y pensábamos hacerlo sin detenernos demasiado. 
Salimos de Bolivar el martes, a eso de la 16,30 hs, y llegamos Tornquinst (lugar en donde pernoctamos) aproximadamente a las 10 hs de esa noche.


Pigué fué la primer parada necesaria y obligatoria. Refrescamos un poco el cuerpo por dentro y por fuera porque el calor era agobiante. Lo fue durante todo el recorrido, tornándose "insufrible" en la vuelta.
A partir de esta localidad comienza a verse un cambio en el paisaje. La silueta de las sierra se hacen cada vez mas nítidas. Hacia el final, al tomar la RP33, y con la caída del sol, el tránsito se intensificó notablemente, principalmente de camiones, lo que le quitó mucho "encanto" al tramo hasta Tornsquist.








Tornquist es una pequeña localidad, bautizada así en honor de Ernesto Tornquist, principal impulsor de esta región. Allí, a poco de ingresar, ya por la noche reservamos una habitación en el hotel "La Casona", y, aprovechando la estupenda temperatura, nos dispusimos a recorrer caminado la distancia hasta la avenida principal para hacerle a una reconfortante "picada"  con una cerveza y un vino blanco bien frío. Completamos la cena con una estupenda pizza, que quizá no haya sido de las mejores que uno puede haber llegado a paladear, pero por la hora y el esfuerzo, parecía "estupenda".
Al día siguiente, temprano arrancamos recorriendo Tornquist. Nos llegamos hasta la hermosa plaza principal (4 hectareas  o 4 manzanas), la cual tiene un pintoresco lago artificial y lindos jardines. En el centro, se levanta el clásico monumento a la madre. En uno de sus frentes se encuentra gran parte de su centro cívico (municipalidad, banco y algunas otras dependencias) y en el opuesto se observa la pequeña Iglesia Santa Rosa de Lima (construida y donada por el mismo Ernesto Tornquist). 









Desde la plaza arrancamos hacia la RP 76, la que atraviesa transversalmente el cordón de la Sierra de la Ventana. El paisaje observado no dejaba de ser raro, ya que pocas semanas antes toda esta zona de la sierra había sido totalmente arrasada por el fuego. En vez de verse un verde sobre las laderas, los cedros, eucaliptus y los pinos, todo era color negro. 
A poco andar se atraviesa el punto mas estrecho del Abra de la Ventana, para luego pasar frente por el Parque Provincial, el cual se encontraba cerrado por las consecuencias del gran incendio forestal reciente.
En este punto, a la vera de la ruta se halla un mirador panorámico en donde se puede contemplar en toda su magnificencia el Cerro Ventana, pudiendo divisar a simple vista el famoso hueco en la roca que da nombre a todo el sistema.





Hacia el final de la mañana terminamos de atravesar la sierra, pasando por sus distintas pequeñas localidades que conforman su núcleo urbano y habiendo hecho algunas pequeñas paradas intermedias, terminamos saliendo por la localidad de Saldungaray para luego pasar el puente sobre el río Sauce Grande (casi seco) y enfilar hacia la RP 51. El calor era insoportable y eramos uno de los pocos que andábamos en la ruta. La decisión fue seguir hasta la localidad de Cnel. Pringles, aprox. en una hora y media, y allí ver. 
El tramo a recorrer hasta Cnel. Pringles no era largo, pero podía ser agobiante por el gran calor reinante (ST de 40ºC). Igualmente la ruta con muy poco tránsito,resultaba un paseo encantador. En estas condiciones, uno comienza a sentir en plenitud el placer de compartir un instante de la vida con la moto y la ruta, pudiendo confirmar aquello de que ni la ruta que transitas ni la marca de la moto en que viajas, importa...lo mágico es rodar, el aire siempre es el mismo!!!!

Uno puede viajar sin propósito, pero en el tiempo en que dura la magia de sentirse dueño de ese gran espacio, pareciera que es el paisaje que lo observa a uno -viajero inventado- y cada metro recorrido se manifiesta como vestigia Dei, símbolo de la presencia y voluntad divina; entonces, ese viajar sin propósito uno lo piensa -lo imagina- como un mérito para esgrimir, después de la muerte, que nos asegure el derecho al Paraíso. 

Pero cuando el viajero aún siente que está lejos y le cuesta distinguir las formas del camino por el efecto óptico combinado del sol, la ruta y el cansancio, claramente entiende que es tiempo de amortiguar esas distancias al reparo de lo que el paisaje ofrezca, en un necesario sueño reparador.

"Como todas las drogas, viajar requiere un aumento constante de las dosis". John Dos Passos


jueves, 16 de enero de 2014

Hasta Brandsen

21 y 22 diciembre de 2013.-

Itinerario (ida y vuelta)
La idea era hacer una escapadita hasta Brandsen (aprox. 350 km) a saludar a un entrañable amigo, al que la vida nos separó de lugar de residencia (él en Brandsen y yo en Bolivar, BA). Seguro que cuadraba un buen asadito, pero cuando llegué -por la tarde del sábado- ellos (mi amigo, su esposa, hermano y otros amigos) tenían su fin de semana ya organizado y yo NO había avisado que les estaba por caer. Es que -pensaba yo- visitar a un amigo tiene un mayor encanto si lo hacemos así, sobre todo si ese amigo es de los que le interesa mucho tu estado interior y nada tu estado exterior.



Primera parada en Lobos, antes del puente del cruce de la R205 con la R41, la que tomé luego hasta S. Miguel del Monte. Tramo del viaje por demás tranquilo, y con un clima no demasiado caluroso, asi que me detuve muy poco. Paisaje típico de llanura pampeana: hermoso y monótono.



En S. Miguel del Monte fue la segunda parada y aprovisionamiento de combustible, café y medias lunas de por medios con algunos intercambios de vivencias con otros moteros, para -finalmente-luego de una hora mas o menos, continuar. solo restaban 60 km, pero era un sábado con un transito considerable, por lo que el promedio no sería muy alto.
Cuando llegué - luego de largo rato de charlar de mil cosas- mi amigazo me dice que esa noche, ellos están invitados a empezar a despedir el 2013, en un boliche "under" de Hudson en el partido de Quilmes, disfrutando la noche con mucho rock (del pesado) y muchisima birra.  Asi que, por mas que había reservado una pieza en el hotel (Ravena), no quedó otra que prenderse y para allá fuimos todos sin conocer ni saber donde quedaba el "under" a donde los habían invitados para abordar una noche mas decidido a abordar una noche a puro rock metálico y amigos (nuevos, también)..



La noche terminó apenas a las 7 de la mañana del domingo, por lo que no quedó tiempo para la recuperación física, por tanto, pasé a buscar mis cosas por la pieza del hotel (aproveché para darme una ducha, siendo lo único que utilicé del hotel), y emprendí el regreso de un paseo que resulto agotador y caluroso.




"Como todas las drogas, viajar requiere un aumento constante de las dosis". John Dos Passos